miércoles, noviembre 29, 2006

De restas...y más




Haces días intento restarte de mis siempres,
y pretendo ir contra el constante resultado,
Insistente
Jamás.

Tardes sin opciones,
Limitada a escribir sobre cosas
Que no entiendo,
Mientras me pierdo
En un azul momento.

Apago la luz, cierro los ojos
Y se me hace perpetua
Tu imagen,
Y ahora mismo estás a mi lado
Con los ojos cerrados,
Soñando conmigo.

Busco razones para esfumar
El delirio de tu voz,
De tu verso,
De este encuentro

Descubro en otros, a más otros
Semejantes entre sí,
Nunca iguales a ti,
Bebo sus esencias y me saben
Amargas,
Dame tu dulce sabor,

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Más que tus manos, boca, piernas y cabellos
Busco tus ojos,
Los nombró: avellanas



En otras bocas te he buscado,
Posibles hallazgos


Existes cuando no te recuerdo,
Vienes, vas
Como una inconstante ola,
Marea de mis días

Querido, nunca creas en mis arrebatos
De niña que se aleja,
Cada que te mienta,
Será por un siempre y falso abandono mío.

Me encandila, la idea
De ver tu cara de espanto
Ante mi posible
Inexistencia.

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posted by Octavia at 11:54 p. m., | 4 comments

El fin.


Tal parece que la historia llegó a su fin... no se si me quede sin escribir o si escriba más... en fin..
pero.

El lunes, decicí alejarme de él, aceptó con tristeza en los ojos, con dolor en el alma, es lo mejor.
Ya no puedo verlo como amigo. Y él no piensa hacer nada, quizás la distancia nos aleje, quizás nos acerque, nos aclare los sentimientos. Lo último que le dije fue: te cuidas ya?
y me miró como quien quiere decir una frase final, pero no la dice. No la dijo. Me miró como llorando.

Y desde entonces no lo veo, y desde entonces no hablamos ni por el messenger, y desde entonces lloro, y desde entonces me siento más libre, y desde entonces... vamos a ver que pasa. A acostumbrarse a vivir uno sin el otro no más.. Otra cosa no nos queda.



Yo no quiero ser tu amiga porque todavia te quiero, y es una forma de tortura que no estoy dispuesta a soportar. (Joey a Dawson)
 
posted by Octavia at 11:48 p. m., | 0 comments
martes, noviembre 21, 2006

Compañero poeta, compañero nocturno sueño contigo

Eso escribió él, mandó dos poemas, en realidad tres, y dijo algo sobre las estrellas....también mandó un poema llamado EL SOL, que no es suyo. Hablamos 2 horas, el pobre tenía que hacer su tarea, pero de pronto nuestra conversa fluyo, tanto como siempre, y estabamos allí de madrugada mandandonos poesía nuestra y de otros. Yo le mandaba de Cortazar, y él casi siempre adivinaba (es una maravilla que tenga internet en su casa, es una tragedia que yo no)



tu mano no se pierda un día amarillo, de mi tacto verde. Tu mano espere un azul perenne, de mi riza, de mis ojos. Tú mano se quede frente a la mia y entonces sea nuestra, para respirar el olor que te envuelve y dormir cubierto por la sabana que es tu cuerpo.

silenciosa la mano avanza, toca al hombro, lo mira tristemente con sus parpados de piel, le sonrie las uñas, entre dientes tactiles le musita su cariño y dubitativa lo acaricia. El hombro en cambio, se deja acariciar sin disgusto, enter su fase media de brazo y cuello, por la axila le tiende un alo de caricia, le musita su apego, pero la mano ya se fue a tocar otro hombro.

me encantan las estrellas que se pueden ver en un cielo negro, tan insierto para los ojos que tratan de ver en su oscuridad, pero tan libre para las que habitan dentra de ella, las estrellas son libres vagabundas

SOL

El sol brincó en el árbol.
Después todo fue pájaros.

Lejos, aquí, llovía
el cielo de tus manos,
un cielo pequeñito,
profundo, solitario.
Hora todo es distancia,
ceguedad, aletazo.

El sol tiene en el árbol
inquietudes de pájaro.
 
posted by Octavia at 5:09 p. m., | 1 comments
miércoles, noviembre 15, 2006

Tus poderes

Me quería ir, él no quería, y me acercó a él, y juntó su mejilla contra la mía, y me dijo: no te vayas, y yo como siempre cagandola, ya tranquilo, me tengo que ir.
Y otro intento más para que quedé en la reunión del domingo, el cumpleaños de un amigo, me mira fijo y me dice: no te vayas, mientras sus dedos van jugando con el desorden de mi pelo, luego me espanto y me suelta. Yo la llamó a tu mamá y le digo que estas conmigo. Lo siento querido, le digo, mi mamá ya no te quiere. Qué!! Pero Samy si tu mamá me adoraba, se sorprende. Yo me quiero quedar ya, pero no puedo. Insiste, si quieres hazlo quédate. Y me quedé.
 
posted by Octavia at 3:06 p. m., | 1 comments

Maravilloso para mi desesperación y perdición


El viernes discutimos, síiiiiii! Yo jodiendo una vez más, bueno es que también el pobre es más imbécil. Nos íbamos todos a la casa de una amiga a tomar unas chelas, nos íbamos, muy cerca estaba ella, por la que tantas veces me abandonó, ella la que tiene marido, y se encierra en los baños mi poeta. Mañana de todas maneras vamos al concierto, chicas, pero ahora me disculpan. Mis ojos se abrieron, mi corazón se apretó y mi lengua saltó: seguro te vas con tus AMIGOS, él se asustó, y yo dije: anda, y se disculpo, se excusó argumentando que ya había quedado antes con ellos, y quiso despedirse pero me negué. Y se fue como un perrito faldero, detrás de la vieja.

A los 10 minutos, llamó diciendo que iría a la casa de mi amiga, que sí estábamos allí.

El sábado, día de concierto, le pregunté aprovechando las copas de más: ¿qué pasó el ayer? ¿Por qué no fuiste con tus amigos?

Y explicó: anoche cuando estaba en el taxi con mis amigos, me bajé en la avenida del ejército, porque quería volver. Ella se fue a su casa, y el otro también.

Seguí preguntando: ¿Por qué volviste?

“Samy, porque quería volver, no se quería volver”
 
posted by Octavia at 2:51 p. m., | 0 comments

ME QUIERE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


Díos mío!!!! Oí lo que quería escuchar hace mucho tiempo y desde entonces ando en las nubes, atontada, triste y feliz… enamorada… esperándolo

Su mejor amigo me lo dijo: “No sabes cuanto te quiere”, “ha sentido muchas cosas por ti”, "ha querido estar contigo"

Y yo: ¿hace cuánto tiempo te dijo eso?

Y su amigo: hace 5 meses más o menos… dijo que te quiere, pero que eres demasiado posesiva, tiene miedo de que le pase lo mismo con su ex, tiene mucho miedo… además él se va a ir a España, y no quiere dañarte, no quiere dañarse… depende de ustedes…

(y este amiguito también se lo dijo un día antes a Cynthia mi mejor, amiga, y yo preguntaba, que le dijiste a Cynthia, dime, dime?? Has estado hablando de mi?.. es que Cynthia tuvo el valor que nunca tuvo nadie, y se lo preguntó, y en secretito no más el tal amiguito de mi amado se lo confesó todito y luego yo lo presioné al día siguiente y me dijo lo mismo)
 
posted by Octavia at 2:49 p. m., | 0 comments

...........


...........tengo estrellas en los pies...........
 
posted by Octavia at 2:31 p. m., | 0 comments
jueves, noviembre 09, 2006

Fragmentos de El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz

  • yo estaba corriendo como un loco en busca de Octavia de Cádiz que fue mi perdición

  • lo hago por ti y para ti Octavia, y para que quede un testimonio de que en efecto, como tú bien lo decías, jamás se sabrá cual de los dos habría ganado una competencia en la que el triunfador hubiese sido aquel que tuvo la peor suerte.

  • pero sobreviví porque aún quedaba vida y esperanza, porque sin quererlo por supuesto, a Octavia como que le encantaba que un hombre ............en ese estado por ella cualquier cosa mientras nada ni nadie me tocará el corazón.

  • ni con humor, ni con rabia ni con pena logré cambiar el desenlace de esta historia, encontrarle alguna nueva explicación y hasta hoy he mantenido exacto su sabor amargo, sucio y terriblemente injusto.

  • trate de olvidarlo alguna vez sí, y llegue a odiarlo y a odiarme porque me era imposible, qué es lo que más me hizo sufrir tener que volverme abstracta, como decía tan acertadamente él.

  • y aunque yo la mirará y la mirará y ella se dejará mirar y mirar en un desesperado esfuerzo por lograr que la abstracción del amor se convirtiera en una sublime amistad

  • pero hay que saber defenderse, no ceder, no dejarse arrancar las últimas migajas de ilusión

  • Yo sentí que los pies de sus piernas me pisoteaban alma corazón y vida aunque sin quererlo ella, por supuesto.

  • Octavia siempre ha sido una muchacha muy alegre pero demasiado imaginativa, excesivamente intuitiva y tremendamente sensible.

  • Estoy absolutamente convencido de que jamás viviré tanto como para acabar olvidándote

  • Yo me he quedado solo para siempre, y en ese sentido le digo muy sinceramente que creo ser un inquilino ideal para sus muebles, para su parquet, en fin, para todo su departamento.

  • El teléfono un aparato con el cual he mantenido siempre relaciones bastante extrañas, mezcla de dignidad y amargura. Jamás llamo cuando me voy a morir de soledad, por ejemplo, y jamás respondo cuando alguien me puede salvar la vida.

  • Porque yo era un sórdido rezago feudal de todo lo que tenía que desaparecer en América Latina.

  • Pero él insistía, creo que más que nada por la pena que le daba verme en ese estado tan calamitoso.

  • Por último debo decirle que yo en la vida estoy dispuesto a soportarlo todo, hasta que se me abandone.

  • Porque aún no había aparecido Octavia de Cádiz que se me había desternillado de risa al verme en esa situación, ella que siempre reía y que presumía que rompía corazones

  • Octavia de Cádiz, cada vez, la misma que apareció en los peores momentos de mi vida, aquellos de la enorme carencia de algo, de mucho, de todo, y la misma que me hacía decir extrañamente Octavia de Cádiz cada vez que me olvidaba de algo, cada vez que me quemaba, cada vez que me tropezaba o algo así.

  • Y ella me abrazó muy fuerte como si todo lo supiera de antemano cuando le conté que había sentido un escalofrío de muerte al verla.
    Tardé varios días en darme cuenta de que Octavia era la primera persona en el mundo a la que había visto reírse así, con la más profunda ternura, con la más profunda atención. Podía estarse riendo a carcajadas, con los ojos cerrados, o mirando a otra parte, pero siempre se estaba fijando en los demás, siempre sabía qué pensaban, qué sentían los demás, siempre estaba observándolo todo. ¡Y qué alegría!

  • Su risa era un fiesta, una invitación a la vida, que yo acepté, porque jamás había visto a nadie amar tanto a la vida como Octavia de Cádiz.

  • Sé que el olvido es largo, y en el fondo interminable, pero lo que jamás imaginé es que, de pronto, desde hace unos días, no quisiera tener que olvidar interminablemente a Octavia.

  • No puede empezar conmigo porque yo más bien tiendo a estar acabando.

  • Inhalo su voz su risa, su ternura, sus piernas, un montón de bencina, en fin y no saben hasta qué punto inhalo los ojos más bellos que he visto en mi vida.

  • Tenían la forma de una lágrima puesta horizontalmente y eran enormes y demasiado inquietos para ser tan miopes aunque con mucha frecuencia la sonrisa los salvaba de ser tristes. Desde la mañana, Octavia los maquillaba como quien desea acentuar su intensidad, como quien subraya su mirada al mundo. Se desfiguraban, se deshacían, cuando Octavia lloraba. De esas dos enormes y acentuadas lágrimas que eran sus ojos, brotaban otras lágrimas diferentes que nublaban las primeras, hasta hacerlas desaparecer. Era algo muy extraño porque sus ojos eran como una pena infinita y general, un llanto por todos y de todos.

  • Porque la ternura de Octavia era demasiado rápida y demasiado intensa para toda aquella epopeya y para todo y para todos.

  • Y esto por la sencilla razón de que la ternura de Octavia jamás tuvo nada que ver con este mundo. Dios mío, qué horrible es hablar cuando ya nadie le pide a uno explicaciones.

  • Pero felizmente llegó aplastarme más el corazón, a tiempo, y no logró resbalarse de felicidad.

  • Como protegiéndonos el uno del otro, como alejándonos de algo en los brazos, y al mismo tiempo sabiendo que nunca habíamos estado tan cerca en la vida y que a mí nunca nadie me había mirado con tanta ternura y que tampoco yo había mirado nunca a nadie con tanto agradecimiento. Un beso. Quise darle un beso, pero Octavia recogió una de mis manos con las suyas, la acarició tres veces, muy ligeramente, con mis mejillas, y me la devolvió con un beso en la palma, que aquí lo tengo todavía y sangra.

  • Y con el tiempo fueron miles, como si a Octavia, de la felicidad, sólo le interesaban los recuerdos. La comprendí desde el día en que dejé de verla para siempre, por un tiempo, y me encontré con el departamento repleto de pequeños objetos que ella me traía de sus andanzas por París.

  • ¿Por qué no les confiesas que eso a Octavia la puede matar de pena y de celos? ¿Y por qué no le confiesas que ni siquiera insististe en saber qué hacía en un bar a las tres de la mañana, si estaba sola, si esta acompañada?

  • Martín Romaña, me confesé, eres un hijo de la gran puta. A ti lo único que te interesa es que esa chica te alegre tus clases en la universidad y te ayude a matar cuatro horas al día, cada tarde...

  • Sus piernas te hacen sonreís. Sus ojos te preocupan de verdad. Su tos te agota más que a ella. Su llanto te ha conmovido siempre. Su inteligencia te deslumbra.

  • ¿Y si te estuvieras defendiendo de ella, Martín? Sabes que Inés nunca volverá y a lo mejor temes... No, tampoco es eso. Es tu indiferencia. Tu enorme indiferencia y ese interminable decaimiento. No estás sano, todavía, y no logras ver sino instantes de esa muchacha que te llama a las tres de la mañana para decirte que no vayas a tener miedo, para que sepas que si hoy se fue furiosa y celosa, mañana volverá a las cuatro en punto porque no ha pasado nada, nada. No ha muerto en ti el hombre sensible, la persona capaz de interesarse, de sentir cariño por la gente, por todo lo que pasa a tu alrededor. ¿Acaso no te conmovió la canción que te hizo escuchar Octavia?

  • Ahí se sentaba cada tarde, ahí colocaba siempre, a un lado su enorme bolso negro, y ahí había recibido yo muchas de las bofetadas que me había dado.

  • Y después estuve preguntándome horas quién era esa muchacha eternamente vestida de negro, quién era esa muchacha que todas las noches desaparecía a las ocho en punto y que, de pronto, me había llamado dos veces en la madrugada, sin haberme logrado o querido decir de dónde me llamaba, con quién estaba.

  • Y de que Octavia, casi siempre, me hacía hablar a mí de Inés, de mis antiguos amigos, de mi familia en el Perú, de mi fracaso en las cosas que más había anhelado en la vida, de mi frustración como escritor, que ella jamás aceptó, y de mi enfermedad.

  • Octavia, como una especie de compañera de camino. Pero ni la indiferencia, ni la tristeza, ni el dolor de la ausencia de Inés, ni esa especie de letargo en que vivía me impidieron ver desde el comienzo que era algo más y por momentos muchísimo más. Dos veces ya había querido besarla. Más de una vez la había acariciado. Cada tarde había gozado de la ternura que ponía en todos sus actos, en todo lo que decía.

  • ¿Por qué hablaba tanto y se reía tanto y contaba tan poco? ¿Por qué siempre yo le contaba mucho más siempre a ella?

  • ¿Por qué cuándo uno le preguntaba dónde estás, a las tres y a las cinco de la mañana, respondía estoy junto al micro o voy a cerrar la puerta de la cabina telefónica? ¿Por qué lloraba hace un momento en el teléfono? ¿y por qué había dicho no quisiera tener que dejarte nunca, Martín?

  • Mientras estuviera enfermo y triste jamás me dejaría

  • Lo único que quería era que se cumplieran los siete días de su ausencia porque jamás pensé que la iba a extrañar tanto.

  • En medio de cualquier alboroto sus palabras parecían tener siempre una urgencia total. Era imposible no detenerse en ellas, en la ternura con que manifestaba el más mínimo interés por algo.

  • Se le veía extremadamente frágil y sus palabras parecían las de una persona que incesantemente se está exponiendo a algo. Y el esfuerzo que hacía por verlo todo, por comprenderlo todo, por conocer mi mundo, como decía ella, me parecía por momentos el de una persona que vive siempre como si se fuera a morir mañana.

  • -Bailo pésimo Octavia
    - Quiero bailar pésimo contigo, Martín
    - La miraba mientras empezábamos a bailar pésimo, mientras.

  • Empezó a besarme, me imagino que en un desesperado esfuerzo por probarme que nosotros jamás desapareceríamos entre la neblina.

  • Ven, no te pierdas, por favor

  • Me dio el abrazo de despedida más fuerte que me han dado en mi vida. Uno de esos abrazos que, no puedo negarlo, me haría hablar así, algún día, de Octavia de Cádiz.
 
posted by Octavia at 7:25 p. m., | 0 comments
martes, noviembre 07, 2006

El músico


Su nombre era tan simple
Como el primario proceso
de aprender las cinco vocales
Y alcanzar su cuerpo
Era tan imposible como
Enceguecer con el brillo de una estrella.
Él era la estrella.

Jugaba a mezclar sonidos
En objetos de madera que apreciaba
Más que las cigarrillos rojos
Y su colección infinita de colillas
Acumuladas a diario.

Desvariaba cuando colgaba su
Cabeza en la ventana
Y sus dos pequeñas llamas
De color verde
Se confundían con los matices
De la estación y de sus hojas caídas.


Escribía en hojas cuadriculadas
Y siempre fuera del renglón.
Dejando impresas líneas inspiradas
En alguna musa que le habría arrancado
El poco que le quedaba de corazón.

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posted by Octavia at 3:56 p. m., | 0 comments

Cuatro


Capaz de colgar mis cinco sentidos
Y arrastrarlos hasta hacerlos tuyos.
Eterno competente de la belleza de los astros
Y la flor pálida que el olvido, olvidó.
Pedazo de tierra seca que sabes vivirme
En el cuarto que dura tu existencia.
Marca de un amor que no consigue disolverse
En la nada.
Utopía tocada, palpada, rozada
Alguna vez posible. Utopía

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posted by Octavia at 3:49 p. m., | 0 comments

¡Octavia de Cádiz ha muerto!



Octavia de Cádiz
Había muerto de madrugada
Cuando se le cayeron todas las palabras
Que en su eterno bolso negro se las iba llevando a Martín Romaña

Tu la mataste Martín!
Cuando su sonrisa contagiosa
De un golpe se apagó
Y te encontró al lado de tus pastillas
De anafranil.

Muerto Martín, Muerto
Y su continua pregunta: ¿qué tienes Martín?
Repetía cada vez más lento y despacio
Y tu Martín como no era de esperarse no respondías


Pasaba algo
Octavia se arrodilló, te tocó el corazón
Luego tocó el de ella, y su mano
Aquella que cayó de pronto
De pronto también se pudo levantar

Acarició tu rostro, Martín
Le dio una última cachetada
Seguida de mil besos
Los últimos besos.

Y lloró Martín,
Estaba sola, sin Eros que la salve,
Sin bencina que limpie el sillón voltaire
Donde se tiró a llorar,
Pero con diván de testigo.

Entonces Octavia Marie Amelié o como
Tu la llamaste Martín, mucho antes
De conocerla
Octavia de Cádiz había muerto.

Y tu la mataste, Martín!

***samy***

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posted by Octavia at 3:45 p. m., | 0 comments

El dolor, explotaba. Llanto.


De pronto, ante una negativa, una cancelación suya. Lloro. Me invade el dolor, me encierro en el primer baño, y me quedo llorando de esa extraña forma que tengo yo, mirándome en el espejo (tal vez para ver mi lamento en todo su esplendor). Te maldigo y maldigo para ser sinceras, a todas las mujeres con las que te acuestas, mientras duermo.


“Mete tu cuerpo en tus sabanas que deben estar frías, abraza a tu almohada y compártele tus sueños, mientras yo guardaré tus preocupaciones y tu pena”


y yo dije: yo no necesito que guardes nada, jugando nuevamente a ser digna, orgullosa y todas esas cosas que finjo, y que nunca soy.
 
posted by Octavia at 3:28 p. m., | 0 comments

La seca


Entonces todo empezaba a confundirse en mi cabeza, eras mezclas que después terminarían por volver a ser un genuino. Tu ya no estabas tan latente, pero cuando aparecías, y yo sólo decía tras tu saludo. Bien y tu? Te quejabas de mi poco animo, y utilizabas ese adjetivo, ese que tanto lo decías: SECA…. ¿Por qué tan seca?, y me jodía que pretendas que te salude con entusiasmo, me jodía que exigieras si nunca dabas nada. No era casual que me tope una y otra vez, con este tipo de gente, o quizás yo daba mucho. Sin embargo me gustaba que sepas mis reacciones, que sepas sin verme que no me hace bien hablarte, o mi desgano para ti, con sólo dos palabras. Me gusta, pero sigue en pie lo de la desintoxicación, lo del respiro, y si vienes todo esta muy bien y si no mucho mejor, mucho mejor. Espero que esto no pase de una promesa incumplida más, como tantas otras, que sea más que un intento.

(Rosa ayer te dijo que el sábado estuve en la casa de Roberto, tu pusiste….
Yyyyyyyyyyyy??? ….tan, tan, tan )
 
posted by Octavia at 2:02 p. m., | 0 comments
lunes, noviembre 06, 2006

Peru Blogs
 
posted by Octavia at 3:00 p. m., | 0 comments
viernes, noviembre 03, 2006

Desequilibrio


Después de un millón de dolor, me da mil de amor, por eso me quedo, por eso siempre estoy agonizado, pero es que cuando tu me miras de reojo, mi amor las ventanas se abren y veo las gotas de la lluvia que son tan parecidas a tus ojos.
 
posted by Octavia at 4:58 p. m., | 0 comments