Imbécil a fuerza de besar el tiempo

Martes 25, me dieron mi nochebuena.

Miercoles, tambaleandome en un minimarket mientras compro jugo, pastilla en la botica. Sigo con nauseas y mareos, toso y tengo mocos. Cinco de la tarde comprando un pantalon en plaza san miguel. 5 y 45 tumbada en mi cama con dolor de garganta y fiebre. Tomo te y jugo de mango de caja. Por fortuna hoy descanso.

Jueves, Mi jefe se entera que faltare debido a… tengo fiebre, tengo mensajes de rosa que hoy se gradua. Tomo pastillas y sopa. No puedo pararme me vence el malestar. Rosa insiste. Yo duermo. El chato insiste en lo de la graduacion. Yo insisto. Yo muero. Veo Friends. Tomo pastillas. Duermo. Vomito. Rosa me debe odiar.

Viernes, en cualquier momento me desmayare. Tampoco voy a trabajar. Vuelvo a ver Hable con ella. La doctora dice que tengo faringitis. Me receta pastillas, inyecciones y jarabe. Como mazamorra. Toso con enfasis. Me viene lo que a todas, todos los meses (para rematar). Odio los cigarros y el alcohol. Cynthia me visita en mi deceso y vemos como ultima cosa 'Todo sobre mi madre'. Dicen que se me ve palida.

Yo no se, solo me siento mareada y con nauseas.

Crei que en tiempos desafortunados/ venías trayendo toda esa carencia de fortuna/ justamente hacia mis brazos/ entusiasmada no pensé equivocarme/ se trataba de un tercer cariño volátil/ accesible para personajes avidos, desvividos por levantar la mano y coger/ no quise enceguecer /
Me rendí a tu instantaneo cariño/ y no predije las secuelas de mi inicial forma de quererte/
Como reemplazando su cariño viniste (sin que te llamara)/parecido a esos tristes habitantes con cara de payasos, te encontre/ reflejo de un antiguo amor pense/ ojos de tormenta – dijiste/ te hice gracia y sonreíste de lado como quien delira ante tanta simpleza/ unas azules y cabellos desordenados contemplabas sin pestanear/ que curiosa la forma en que adornabas mis noches, palabreador/ no recuerdo bien que paso contigo (o fui yo)/ anduve nuevos senderos/ forzada a olvidar, pretendiendo hallar un primer lugar/ una tarde sin estacion disparaste con razones hacia el lado izquierdo de mi corazon/ no recuerdo bien que paso contigo (no fui yo) / manchanda en sangre, pero no muerta (muy poco amor, para morir), sonrei/ demasiado joven, loca y estrellada para ser seria/ como creer el chiste de tu felicidad falsa/ el bar y el piano de Fito no esperan mas, ahora tomo café y tengo besos reales.

Etiquetas: Poemas de Octavia

Una noche de esta semana le propuse jugar al autor de Venas Largas, el recordado y querido juego de poetas, ‘Cadaver Exquisito’. Entonces A2roncito penso que se trataba “siempre me han llamado la atencion las historias de amor medio necrofilicas”, le explique que mi propuesta no tenia nada que ver con eso. Y ahora pienso que si de algo de muerte tiene la fusion de versos en la que nos aventuramos ese dia, es que en lo recurrente que se volvio esa palabra en ese poema medio extrano . Ya lo colgue senor ron, ahora lealo y riase.

Camino dejando las huellas de mi pie derecho, para que el espacio izquierdo sea sólo tu planta

que sin semilla crece para ser quemada por el sol, astro que vomita y estornuda sin hacer nada por nadie.

EMPECEMOS OTRA VEZ……..


los huesos no llegan a ser tocados por los bichos nocturnos, aquellos que hambrientos juegan rondas dentro de la barriga y otros que quieren morder el craneo
para explotar/ quieres ser masticado me contaste anoche/ y yo temble ante tan absurda confesion/ mordi la lengua y tambien me senti un animal

confesiones de confesionarios anemicos porque los penitentes ya no se acercan
cuentan los reclinatorios de una vieja iglesia, que ahora los boleros suenan mas fuertes que las plegarias de una niñez extraviada
aquella que añoras en años como este/ de penas, desgracias y falsas alegrias
y no soy yo quien añoro tanto
es el aliento de la muerte que llaman tristeza
la que te envuelve como bufanda en pleno verano
si pudieras dejar que te ayude, a evitarte tanto mal/ expresando lineas curvas, no me gustan las rectas/ algo más me contarás/ hasta que el rayo azul me haya matado
la resurreccion es el segundo bostezo del dia
el primero es el intento del llanto del calendario
que en vano ruega que una bala perdida que pellizca la frente no lo toque
lo cierto es que lo consigue/ lo arrastra hasta tus pies/ que verán como mueren tristemente mis ojos/ frente a tu vida, este día desvivido/ el tercero será allá donde caiga de puntillas sentada al lado de un hada.

Esta vez tampoco pude terminar porque Octavia pegó un salto desde el diván hasta el Voltarie y se instaló cómodamente sobre las rodillas del enfermo para matarse de la risa. Lo había entendido todo pero quería volver a entenderlo todo otra vez. La verdad, en mi vida había logrado hacer feliz a una mujer y la taquicardia era tan atroz hasta en mis piernas que Octavia no tuvo más remedio que aplastarme el corazón con una mano para poder seguir leyendo y matándose de la risa con la otra.
En fin, esto tampoco sé muy bien cómo contarlo, pero así fue porque la pobre Octavia llegó a perder el equilibrio de felicidad en el momento en que más latió hasta el sillón Voltaire.

Mientras estuviera enfermo y triste jamás me dejaría

*El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz, Alfredo Bryce