martes, noviembre 21, 2006
Compañero poeta, compañero nocturno sueño contigo

tu mano no se pierda un día amarillo, de mi tacto verde. Tu mano espere un azul perenne, de mi riza, de mis ojos. Tú mano se quede frente a la mia y entonces sea nuestra, para respirar el olor que te envuelve y dormir cubierto por la sabana que es tu cuerpo.
silenciosa la mano avanza, toca al hombro, lo mira tristemente con sus parpados de piel, le sonrie las uñas, entre dientes tactiles le musita su cariño y dubitativa lo acaricia. El hombro en cambio, se deja acariciar sin disgusto, enter su fase media de brazo y cuello, por la axila le tiende un alo de caricia, le musita su apego, pero la mano ya se fue a tocar otro hombro.
me encantan las estrellas que se pueden ver en un cielo negro, tan insierto para los ojos que tratan de ver en su oscuridad, pero tan libre para las que habitan dentra de ella, las estrellas son libres vagabundas
SOL
El sol brincó en el árbol.
Después todo fue pájaros.
Lejos, aquí, llovía
el cielo de tus manos,
un cielo pequeñito,
profundo, solitario.
Hora todo es distancia,
ceguedad, aletazo.
El sol tiene en el árbol
inquietudes de pájaro.
Me gustó la primera.
Saludos