Imbécil a fuerza de besar el tiempo

Ella una niña pisqueña, no hizo más que caminar con una naranja que llamó mi atención por la forma en que la devoraba. Hasta que se dio cuenta de que mi cámara seguía sus pequeños pasitos. Lo primero que hizo fue ir al lado de sus compañeritos y contarles que había una chica que quería tomarle una foto. ¿No quieres que te tome una foto? le dije.!Ya, pero con ellos! me decía todavía un poco distanciada.
Se reía. Luego le tomé una sola, y otra comiendo su fruta, pero todavía quiso una más cuando le mostré algo que a ella la hizo muy feliz.

¿Cómo te llamas?
Jessica- me respondió
¿y has venido con tu mamá, me imagino
si, está por allí.
¿Quieres ver algo?
a ver, me dijo.


Acá estás tu, le contaba mientras le enseñaba ls foto que le acaba de tomar.
Se impresionó tanto que la llamó a su amiga (o hermanita) y posó una última vez para mi junto a su compañerita. Contentisima ella y más contenta yo.
Creo que encontré en los ojos de esa pequeñita toda esa esperanza que el pueblo necesita y que algunas personas aunque no hayamos perdido nuestros hogares, todavía sentidmos que algo nos falta.
La mirada de aquella niñita, se llamó desde entonces para mi ESPERANZA.