jueves, diciembre 07, 2006

Decálogo del Olvido

Escribí una lista con unos cuantos consejos ajenos y la dejé junto al pomo de la puerta. Era un laberinto de caminos sin recorrer, sitios en los que habría estado contigo o escenas de una vida no vivida por culpa de las distancias entre tú y yo algunas veces, y otras muchas de las coincidencias que no acudieron puntuales a su cita. Pero en la mayoría de las oportunidades perdidas, era yo el único culpable. Al ir enterrando los momentos aprendí que nunca había apostado todo a una carta por miedo a perder más de lo que merecía, y por eso había visto desfilar demasiados trenes ante mí. En cambio, ahora mismo me encontraba aparcando lo que no había podido ser, pretendiendo iniciar una nueva cuenta hacia delante, y para eso necesitaba dejar por escrito cada huída no emprendida. El caso es que entre las vidas muertas sobre el papel se escondía una alternativa pendiente, unos puntos suspensivos que aparentemente no llevaban a ninguna parte y parecían querer escapar de la hoja. Tal vez hacia un territorio más agradable, un presente que no doliera junto a ti, algo reconocible después de tanto telegrama sin destinatario. Una nueva apuesta desplegándose ante mí como las líneas de la mano. Cerrando los puños, abrí la puerta y encogí los hombros. Fuera llovía.

(Texto del blog ABISMO DE TUS LABIOS, por cierto muy recomendable)
 
posted by Octavia at 11:38 p. m., |

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