lunes, octubre 29, 2007

Dos, dos imbéciles, dos-cientas despedidas


Que sean dos—dijiste entre nervioso y sonriente
Toma- estire mi mano para alcanzarte un cigarro.
Me hacias preguntas del trabajo, te respondia monosilabicamente, como es mi costumbre cuando quiero herir (y estoy herida).
Dudabas del geniecillo que me acompañaba o no quisiste invocarlo, y compraste dos latas de cerveza. Solo dos- me repetiste.
- Espero, y no quieras seguir tomando- te pedi.
Sentados en la unica banca que quedaba detras de un centro de diversion para niños, comenzabamos a hablar de aquel espinoso, doloroso y ultimamente infectante tema, en el cual no me explayare, pero acotare que no tiene absolutamente que ver con danos directos entre nosotros dos.
El motivo que nos traia a estar nuevamente sentados uno al frente del otro poco tenia que ver con faltas o exceso de afectos, y cosas parecidas al amor. La razon iba mas por el lado de la lealtad, y el intento porque tu demostraras que querias brindarme tu amistad, purita amistad, fallo.
Un amigo tuyo me habia herido como a nadie.

Tu decias poco. Mi ira contenida se volvia lagrima detenida que caia timidamente.
Tu silencio me indico que esta vez tampoco tendrias respuestas afirmativas para mi, menos que por unica vez en tu vida, mandarias a la mierda a todos, por mi. Pero para que hacerce falsas ilusiones a estas alturas del partido, cuando lo que menos importaba era estar junto a ti, si mis ganas de besarte habian sido canjeadas por las del desprecio.

Me pedias que dejaramos de hablar del sujeto aquel, y en un arranque de nostalgia, e intento de provocar mi reniego, esta vez de chiquita engreida expresaste triunfalmente- Ya no mojas el cigarro!!!!! No respondi nada, tan solo te mire como quien dice, Ya no jodas.

Entonces pense en lo que te detuviste, mi manera tan primaria de fumar, quizas yo habria podido mencionar tu costumbre de dormir ebrio en el bano, pero preferi no detenerme en recuerdos ya chancados por el tiempo.

El silencio que se iba apoderando de nosotros, fui interrumpido como tantos dias nuestros por una llamada, casi segura de la madre de tu hijo Octavio (extraño nombre que me recuerda tanto a mi, y que tu lo elegiste en afán, tributo, o no sé que michi, a la mujer que mas te amo, por que el nombre esta demasiado vinculado a mi, otrora Martin Romana) ella preguntaba mucho, por las respuestas que le dabas.

Estoy con una amiga de la universidad, estamos conversando, si es ella, no nos vemos hace tiempo, hablamos mas tarde, si?, manana?, bueno chau. Colgo.
Nunca antes en mi vida habia tenido tan claro que debiamos alejarnos, esta vez si. Comprendi que no queria formar parte de tu vida. No queria parecerme a esa mujer que acaba de terminar de colgar el telefono y te pedia explicaciones, sin ser nada tuyo. Te perturba y asfixia la existencia.

Te pedi que nos marcharamos, pues ya te habia dicho todo lo que queria, y a ti como siempre las palabras se te habian atorado en la garganta, dejando en tu rostro una extraña e inefable mueca.

Una vez mas intentaste creer que este no era el final, y las preguntas laborales las cambiaste por las de la universidad. Mi forma breve de responder no habia variado.

Chau, te dije casi sin tono, con la cabeza gacha apenas se asomo el primer omnibus que me llevaba a casa. Esperabas un beso, lo se.Un beso en la mejilla que te devolviera todo el calor negado durante este lapso ingrato y la excusa perfecta para rozar mis cabellos llenisimos de ese aroma nicotico con rostro de noche y alcohol.

Yo, apenas esperaba un abrazo.

Tantas veces nos hemos despedido que yano sabemos si esta es verdaderamente la ultima.
 
posted by Octavia at 7:14 p. m., |

3 Comments:

gracias por compartir porciones de vida....
siempre se encuentra algo que arroja luz en las prpias tinieblas personales de cada uno....
un beso snorme
El poder que tienen las palabras para cambiarno el humor, para hacernos cambiar nuestra manera de pensar.
A veces no se dan cuenta del poder de ellas y las usan sin darse cuenta de los sentimientos que despiertan en otros. Como pueden llevar a una persona en encerrarse en si misma, o a compartir cosas que nunca pensio en compartir.

saludos
supongo que hay despedidas que se hacen eternas

a veces es necesario darle la espalda al pasado y no volver a transitar ciertas calles