lunes, setiembre 18, 2006

Mis lucecitas y nuestro tiempo


Expulso toda la rabia
Y conservo pocos de la represión
De quedarnos juntos un instante más
En que los cielos grises se sabían volver
Azules con tu mirada de aire
Y ese volar de mariposa amarilla,
Que amo yo.

Conseguí traer abajo
Tu inacabable entusiasmo
De caminar mil minutos más
Por eso hermoso camino
Develado, en nuestro desvarío
Propio de vasos de licor y nuestro más enfermizo
Y común vicio: los cigarrillos.

Sin embargo, olvidé que tu triste silencio
Me afligía más que nada en este mundo,
Y accedí espantando todo mi susto
Y terminando por asesinar al pedazo de razón
Que me hostigaba, casi tanto como la conciencia.

Te seguí como lo debe hacer sólo una compañera
De camino,
Y en silencio contemplamos las movedizas formas y
Los serenos ruidos de la mar, al amanecer.

El frío nos presionaba demasiado,
Pero felizmente, tus brazos siempre existirían
Para remediarme en tan gélidas ocasiones
Y mis manos apoyarían algo con sus flamitas,
Mientras tu las observabas, contabas sus dedos, los nuevos
Colores de sus uñas, y las diez lucecitas que calorcito te daban.

Yo miraba con un extraño encandilamiento,
Verte realizar tu nueva, especie de rito
Que duró hasta quedarme sin una sola llamita.
Quede muy pálida y mis ojos abiertísimos
De golpe se cerraron.


***Samy***

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posted by Octavia at 9:05 a. m., |

1 Comments:

  At 3:06 p. m. Anonymous Anónimo said:
Este poema me gusta masm, tiene mucho de ti y de el, esa descripcion a lo cronica es lo que me incita a seguir leyendo, ademas me gusta mas porque fue en un dia especial: Mi cumple!!! jijiji!, ese dia estara marcado para ti xq te remontara a este poema y a esa situacion, lo sabes amiga. Te quiero muchi mi Samy!

Rosa