Imbécil a fuerza de besar el tiempo

Hay cosas que no entiendo de él, ke me molestan de él. Sin embargo esas cosas tienen menos importancia que toda la felicidad que me da en los momentos, hoy por hoy contados los que pasamos juntos, hoy por hoy asustadizos encuentros en su mayoría, llenisimos de miradas incompletas, de intentos de indiferencia que duran menos que un cigarro en su boca o en la mía y que terminan por una paso suyo de ida que quiere ser de venida o por uno de mis acostumbrados ataques de desesperación y de ! No puedo más, no puedo!!! lo extraño, lo extraño!... !Dios!... y bueno entonces cuando sucede eso pueden pasar muchas cosas...como por ejemplo interrumpir una amena reunión de trabajo.. y llamar borracha a las 2 de la mañana diciendote: Te amo, te amo, no me importa si tienes o no plata, no me importan los otros patas que quieran conmigo, no importan sólo te quiero a ti...tu me quieres?... y él respondía: si te quiero.. dimelo de una vez más, pedía..si te quiero me decía... .

Y te lo digo tu nerviosismo mi amor, tu alegría de verme de saber que sigo siendo tu amiga, tu complice poeta contrastaba terriblemente con los espantos que te daban al verme, sentarte hablarme, y que eran en los últimos tiempos muy frecuentes, y yo ya ves con lo desesperadita que soy me terminaba desesperando mucho, mucho pero me contenía muchas veces por cuestiones de no discutir sola, sola mientras tu me mirabas y me contabas que no te pasaba nada, pero tu nerviosismo colmaba las astillas de paciencia que podían quedar en mi alma, y tus silencios terminaban por matarme, entonces Perla sólo atinaba a decirme: Samy, estas grave, grave.