Imbécil a fuerza de besar el tiempo

No fue café. No fue planeado. Salió, Salió. Fue divertido. Fue inolvidable. Fue un momento largo momento. Y ya estabamos allí en el depa de Jaime tomando pisco y hablando, a las 9 hablando a las 10, hablando a las 11, hablando a las 12, fumé, toque fume y tome que tome. Risa y risa. Y un cachito de nostalgia purita de estar allí viendonos las caras, de recordar viejos tiempos.

Y estrellado cantó con guitarra en mano mi canción favorita, esa de Fito Paez, cantó "Creo que aún tal vez piensas en mi, creo poder captarlo....".




Parecía que eso era poco, pero sino que además se animo a bailar una de los Bee Gees, y yo le seguía con el mismo paso de siempre. Cuando el hambre hubo de llegar, preparó unos deliciosos fideos con salsa roja, y se reía, yo le volteaba un poco la cara, y buscaba la servilleta. Jugabamos al cadaver exquisito durante un rato.. y nos dieron las 1 y las 2 y las 3 (como diría Sabina)

Y la frase de la noche de estrellado, la frase que repetíamos así de acuerdo, y que yo celebré y subraye y declaré fue:

"La redundancia es síntoma de enfermedad- a veces, o casi siempre-"

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