Imbécil a fuerza de besar el tiempo

miércoles, octubre 04, 2006

Marzo

Quizás le abrumó mi triste alma
Mi entusiasmo por los suelos
Y aunque cuando todo empezó
Afirmaba sentir una emoción singular
Sólo comparada con las de su adolescencia

Hoy me veo tan lejos de todo eso
O simplemente no me ve ni yo a él
O simplemente el sentimiento se congelo
Y todavía no nos hemos percatado

De que su armonía inquietante
Ya no esta más en mi
Y mi ojos negros ya no acarician
Más su añoranza.

Un día le dije: Esto ya no debe seguir
¿Y yo? Me preguntó
¿Y yo? No puedo olvidarme de ti-suplicó
Me quede a su lado, en silencio.

Un día me dijo: Me gusta París
¿Y que esperamos para ir?- advertí
Sería lindo, dijo y un suspiro se escapó
Ese mismo instante tejimos el viaje más lindo
Quedando siempre la intención, de hacerlo real.

Todavía recuerdo aquel marzo en el
Que nos conocimos
Cuando sus ojos verdes hermosísimos
Les dieron la bienvenida
A mis pequeñas, tristes y morenas luces.

Él, como todo periodista andaba apurado
El como pocos empezaba a brillar como
Una estrella, apelativo con el cual lo bautice
Pero el cual poco tiempo más tarde
Él le agregaría el “do”.

Yo, con 18 años a cuestas
Andaba insegura respecto a mi vocación
Aunque algo debía ser: Psicóloga, artista o periodista.
Termine eligiendo lo último sin saber
A que me atenía, sólo quería atenerme a sus brazos.

Durante largos meses y algunos años
Fuimos los más grandes cómplices
Despojando lágrimas.
Revivíamos con besos, besotes.
Y un alguito de poemas.

Uno de sus sueños más constantes
Era la música, quería ser el mejor.
Le decía: Tus sueños en algún momento
Del camino quedarán tirados,
Sin embargo no olvides de recogerlos.

Si repetía, las cosas deben hacerse
“Sin prisa y sin pausa”
yo asombrada escuchaba esa muy atinada
frase y desde entonces traté de llevarla en mi mente.
Aunque confieso, pocas veces la use.

Pero los sueños van cambiando de importancia
Conforme el tiempo va pasando
Y vamos dejando tirado algunos,
Algunos que no quieren quedarse olvidados
Y menos tirados.

Y diferente a los cuentos de hadas
Que tienen un feo comienzo
Y un final feliz
Él terminó por olvidarse de mi.
Quizás siempre fui para el únicamente,
Eso: Un sueño.

Si es que conserva lo que le dije,
Tal vez algún día decida volver
Por este camino, en donde me dejo
Hace ya dos veranos.

*****sAmY*****

Etiquetas: Poemas de Octavia